life is not a song

Estoy de vacaciones a varios kilómetros de casa. El lugar es muy lindo. Ya les contaré cuando regrese, porque por acá no hay redes wifi cerca y el modem móvil anda muy irregularmente. Por Twitter y otras redes sociales puedo andar gracias al teléfono, pero curiosear la f-list es bastante tedioso con estas conexiones. Así que perdónenme si no me puedo pasar muy seguido por sus elejotas :)

En otro orden de cosas, un 3 de enero de hace 120 años nacía JRR Tolkien. La fecha me hizo pensar un poco sobre sus obras y las del género. En mi mente no puedo despegar su nombre de tierras fantásticas, peleas épicas; en fin, de un universo completamente diferente al mío, al nuestro. Y esos mundos mágicos, no solo de él, sino de otros muchos autores, me han ayudado a vivir un poco más feliz. 

No soy una persona muy alegre, y no me enorgullezco de eso, por supuesto. Es mi gran defecto, pensar siempre lo peor de mí, de todo lo que me pasa, del mundo en general. Los malos pensamientos me persiguen y en mi intento por ahuyentarlos solo los acerco más. Es así la mayoría del tiempo, excepto en contadas situaciones. 

Una de ellas es cuando me sumerjo en la lectura de historias así, increíbles, irreales. Porque son tan diferentes a lo que vivo y a lo que me rodea que hasta llego a olvidarlo todo, al menos por un rato. Me resultan un alivio, un oasis, y la idea de que tengo un refugio adonde ir siempre me reconforta ♥

Ojalá me queden miles historias fantásticas por leer.